jueves, 11 de febrero de 2016

LA LATA DEL JUEVES - 48








































Este jueves compartimos con vosotros unos estupendos filetes de anchoa en aceite de oliva de Conservas Lolin. Esta conservera ubicada en Castro Urdiales (Cantabria) lleva desde 1955 elaborando conservas de calidad pero sobretodo su producción gira en torno a la anchoa como su producto estrella, aunque esto le ha llevado también a la elaboración de unas conservas excelentes con bonito del Cantábrico  y atún claro.

Cantabria es la cuna de la anchoa y esta conservera elabora unos productos de muy alta calidad eligiendo la mejor materia prima en las subastas en los puertos de la zona y luego mediante métodos artesanales y tradicionales consigue una anchoa para los paladares más exigentes.

Compartiendo esta lata con vosotros, nos vamos de viaje otra vez, que es una de las cosas que más nos gusta. Esta vez viajamos a Viena, una de las ciudades imperiales por excelencia. De Viena podemos contar muchas cosas, así que os iremos dando algunas pinceladas de la ciudad en las próximas semanas.

Compartiendo estas anchoas con vosotros, en este caso hablamos del espíritu de la ciudad y su gente. La impresión tras visitar la ciudad, en este caso nuestra y siempre subjetiva, es de una gran ciudad, que da lugar a pensar en un pasado muy importante, pero que viven en el presente, donde conviven  el trazado medieval, los edificios clásicos del Ring y las altas torres contemporáneas. Así, podemos ver una ciudad que ha sabido avanzar y cuenta con un ambiente moderno y renovado rodeado de historia.

Compartiendo esta lata con vosotros, podemos contaros que este ambiente se puede ver en sus comercios, cafes, restaurantes, con un aire moderno pero también acogedor, y también en sus museos y exposiciones, que nos acercan a todas las épocas de la cultura y el arte de la ciudad desde una perspectiva actual y renovada.

Compartiendo esta lata, me gustaría comentar con vosotros mi impresión de la gente de la ciudad. Supongo que muchos de vosotros habréis visitado algún país germánico, y creo que el carácter de su gente es muy distinto del nuestro, y nos cuesta llegar a comprenderlos. A pesar de sonar a tópico, esta ha sido mi impresión; ellos tienen la mente mucho más cuadriculada y organizada, dejan mucho menos lugar a la imaginación y la improvisación, son ordenados, puntuales, silenciosos, cordiales. También son amables y muy correctos, pero sin estridencias, y es difícil ganarse su confianza de forma rápida.

























Compartiendo esta lata con vosotros, os animo a que conozcáis la ciudad por vosotros mismos y podáis comprobar si estoy en lo cierto o por el contrario estoy muy equivocado, y descubráis todo lo que la ciudad puede enseñar. Para poner una banda sonora a este viaje escuchamos, como no puede ser de otra forma, un fragmento del concierto de año nuevo, que se celebra en Viena cada 1 de enero. Que seáis muy felices allá donde estéis.


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