jueves, 16 de junio de 2016

LA LATA DEL JUEVES - 64











































Este jueves os presentamos un estupendo paté de sardinas de Conservas oqopo, una empresa ubicada en Coimbra (Portugal) que selecciona a productores de conservas de Portugal de muy alta calidad uniendo un diseño innovador y único en estos productos.

Selecciona productos elaborados por métodos tradicionales, completamente naturales con proceso de fabricación artesanal consiguiendo un producto excelente con un diseño muy cuidado y totalmente diferenciador del resto de las marcas.

Compartiendo esta lata con vosotros y visto que ya llegó el verano con sus altas temperaturas, queríamos hablar de los chiringuitos de las playas. A mi personalmente cuando me preguntan que te gusta más el mar o la montaña, yo suelo responder lo que a mi me gusta más verdaderamente es el chiringuito, así es y no me da vergüenza admitirlo yo soy un homo chiringuito y disfruto con ello.
 
Cuando en temporada de vacaciones bajamos hacia la playa es como una querencia igual que a los toros, mis pies se van para el chiringuito, pero aguanto la tentación y voy para la sofocante arena y por supuesto y sobretodo a darme unos bañitos.
 
Después de varios baños, comenzamos nuestro paseo por la orilla para hacer un poco ejercicio y cada vez que pasamos a la altura del chiringuito mis ojos se van para ahí y mi mente también.
 
Una vez terminado el paseo relajante ya si que no puedo evitar la tentación y voy raudo y veloz a mi chiringuito, donde me encanta el primer saludo del verano a su dueño: "Que tal Angel?"  y el me dice: "Pues nada aquí pasando el verano", ole , ole y ole eso si que es pasar el verano.

























 
 
Entonces llega el momento de buscar mesa y sentarse por supuesto a la sombra y a ser posible mirando al mar, en esta situación y con la copa de cerveza helada que me sirve o bien el dueño o la supercamarera del chiringuito, me siento como en el Valhalla o cielo de los vikingos, creo que hay pocos placeres en la vida como éste.
 
Últimamente nos intentan estropear estos maravillosos chiringuitos, por una parte las administraciones  decidiendo si deben estar o no y si los debe autorizar o no, me gustaría decirles que sus abuelos ya iban a los chiringuitos de las playas a tomar vino con gaseosa y a comer paellas, o sea que no se preocupen que resistiremos aunque nos los dejen existir. Por otra parte el ambiente del chiringuito se va deteriorando, allí se debe ir vestido con la camiseta oportuna, tus chanclas y si hay un cierto olor a fritanguilla en el ambiente, eso es ya el éxtasis, pero últimamente se ven cada días más los que van enseñando pecho en cuadrillita por supuesto, de pie y no se si jugando a ver quien es el que mas grita.



 
 





















Bueno de tanto hablar del chiringuito se me han  puesto los pelos de punta y me apetece estar allí con mi copita de cerveza, mi ración de boquerones en vinagre o papas bravas, hojeando el periódico y cada minuto levantando los ojos para ver el mar.

Mi afición por los chiringuitos creo que nace en mi infancia en los años 70 veraneando en Salou, soy de aquella generación que vivíamos en la playa, llegábamos sobre las 10 de la mañana y la abandonábamos sobre las 8 de la tarde, incluyendo paella en el chiringuito, sus horas para la digestión donde hacíamos no solo castillos de arena sino con tanto tiempo reproducciones a escala de los castillos del Loira y jugábamos a la petanca con esas bolas de colores llenas de agua. De estas actividades nacieron famosos arquitectos (especialistas en grandes monumentos)  y grandes deportistas (sobretodo de petanca, tenis, bádminton y frontón).



















Podría estar hablando horas y horas de este tema pero creo que ya toca despedirse y que mejor que con un tema pero que muy veraniego y de la década de los 70,  pasar un buen fin de semana si puede ser visitando algún chiringuito y con algún bañito  y sobretodo acordaros de ser muy felices.








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